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Carrito

El 23 de Julio, el Sol volvió a su signo después de un largo recorrido a través del zodiaco por un año, iniciando así el mes de Leo. Días antes, comenzó la segunda y última temporada de eclipses del 2018. El 12 de Julio, tuvimos un eclipse de Sol en el signo de Cáncer, con nodo norte en Leo. Luego, el 27 de Julio, tuvimos un eclipse de Luna en Acuario y el día de mañana, tendremos el último eclipse con el nodo norte en Leo, que no volverá a pasar hasta 18,6 años más.

Han sido tiempos intensos, de profundos cambios internos, que nos piden un nivel de flexibilidad y paciencia, que muchas veces requiere un gran esfuerzo por parte nuestra.

¿Por qué son importantes los eclipses? ¿qué posibilidades nos abren?

Más allá del fenómeno astronómico, que ya es bastante impresionante, pues desde el punto de vista de la tierra, estos cuerpos tan disímiles en tamaño y naturaleza se eclipsan mutuamente. Esto ha fascinado al ser humano desde sus inicios.

Ahora, simbólica y energéticamente hablando, los eclipses contienen una gran potencia de transformación. El eclipse en sí mismo, no es un evento de características mágicas, que producirá cambios o alteraciones en el clima, ni en la vida de las personas necesariamente, sino una potente alegoría que tenemos la opción de tomar o no. Es una metáfora de cómo lo lunar-receptivo se une y ensombrece a lo solar-activo, o vice-versa, resaltando la importancia de conectarnos con una parte de nosotros mismos que es más vulnerable y sensible, por lo tanto, más empática y abierta a integrar al otro y su diferencia. Así como también, la necesidad de tomar consciencia de nuestro pasado y presente, y hacernos cargo de las situaciones estancadas o limitantes, para construir el futuro que resuena con nuestro verdadero propósito. 

Los eclipses nos recuerdan que la espiritualidad es aquí y ahora, encarnados, y se refleja en acciones concretas. El eje que se eclipsa en nuestra carta natal, es el lugar o ámbito de vida donde estaremos llamados a poner en práctica una manera más coherente y sabia de vivir. La gran oportunidad que nos ofrecen, es sincronizar nuestro propósito consciente con los valores colectivos del alma, y de esta manera ser parte de una nuevo orden social, donde esos valores y cualidades se puedan expresar en nuestro cotidiano.  

El Nodo Sur de la Luna representa un origen, el pasado, por lo tanto, un conjunto de hábitos. En el otro polo, el Nodo Norte, representa una misión que atraviesa toda experiencia, un punto de llegada para el alma. Quizás es por eso que se nos presenta como el punto de mayor resistencia, porque para transitarlo debemos dejar la comodidad, las excusas y hacernos cargo de nuestras acciones. En resumen, los nodos representan un camino evolutivo, que de ser integrado, nos conecta con la unidad que somos y hemos olvidado.

¿Qué simboliza el eje Leo/Acuario?

Uno de los principales temas de este eje, es tomar consciencia sobre qué nos mueve internamente. Qué es eso que queremos realizar, en qué nos queremos comprometer. Aquí nos experimentamos como individuos, pero sin olvidar que somos parte de un sistema. La personalidad debe irradiar aquello que vibra en el interior y manifestarlo en lo exterior. Eso “externo” está dado por Acuario, cuya vibración nos habla de la red de mentes que somos en conjunto. Es el conjunto de pensamientos, acciones, sentimiento y valores comunes a un grupo, una sociedad o la humanidad en su conjunto.

Los nodos de la Luna, nos llaman a elevar la vibración energética de la cualidad (signo) en el ámbito de experiencia (casa) donde transitan.

Con el Nodo Norte en Leo, el desafío está en conectarnos con nuestro propósito, vocación o sentido de vida, así como también expresar libre y expansivamente esto en nuestro entorno. Pero para ello, antes tendremos que develar cuál es esa luz y qué la alimenta. Pues para sobrevivir en este mundo social lleno de reglas y parámetros culturales, hemos tenido que aprender formas de expresión que no necesariamente están en sintonía con nuestra verdad.

Leo es la sencillez de ser luz, que sin tener que decirlo, atrae y refleja la luz de otros.

Por esta razón es que los eclipses en este eje, han tenido una buena cuota de reseteo de imagen o concepto de uno mismo o de otros, que ya no se corresponde con el trabajo personal que se ha hecho hasta ahora. Puede ser un momento de darnos cuenta de la culminación repentina de un largo proceso de autoconocimiento, que ya está pidiendo un nuevo nivel de actualización. Es decir, que se corresponda con nuevas acciones.

¿Cuáles son las enseñanzas que aporta Leo al zodiaco?

Leo es el fuego interno que quiere expresarse en formas creativas, únicas y luminosas. Es donde debe ocurrir la unión de una mente y un corazón, en un propósito consciente. El Sol, regente de Leo, es el centro a través del cual podemos manifestar nuestra misión, nuestro llamado. Pero este llamado no está dado, debe ser despertado y construido desde el reconocimiento de sabernos parte de un espíritu que habita un cuerpo, entre otros cuerpos, y que esa materialidad necesita experimentarse a sí misma, seguir el pulso de la pasión, de aquello que hace vibrar de entusiasmo y certeza.

Este signo de fuego, representa el espacio simbólico donde estamos llamados a realizarnos. Desde la mirada Leonina, la autorrealización no se relaciona necesariamente con un conocimiento o un quehacer específico, sino con la capacidad de irradiar la luz de nuestra esencia tanto adentro como fuera de nosotros mismos. Y para tener certeza de que esa luz es realmente mía, se hace necesario cuestionar algunas de nuestras máscaras  y entrar en un profundo proceso de autoconocimiento.

El Sol en su tránsito por Leo activa en nosotros la necesidad de alinearnos con nuestra verdad interior. Este signo nos dice que para irradiar una luz que ilumine no solo mi camino, sino el de todos, debo antes aprender a moverse desde el corazón.

Desde la perspectiva solar, Leo es el encuentro entre la realización material de Tauro y la realización emocional de Escorpión. Es el vínculo que establezco entre mis recursos personales o talentos y la capacidad para entrar en relaciones profundas y transformadoras con otros. Es el signo que nos recuerda que somos semilla, pero es nuestro deber descubrir de qué somos semilla y  finalmente, es decisión de cada cual, el poner la voluntad en expresar esa energía a pesar de las resistencias que esto genere alrededor.

Desde una perspectiva lunar, la energía en este signo nos conecta con la necesidad de tomar consciencia del apego emocional que tenemos con esas formas aceptadas de nuestra identidad. Porque muchas veces, eso que ven y aceptan otros de mí, no es exactamente lo que soy. Y porqué esta disonancia? Pues porque en muchas ocasiones nuestra identidad se ha construido sobre supuestos de “buen comportamiento”, o de la forma “correcta” de hacer las cosas. Y para ser aceptados, vamos cediendo espacio a esas formas prestadas y acallando nuestra verdadera voz. Es por eso que nos sentimos tan decepcionados cuando algo o alguien sale de lo “esperado” y se pronuncia en nombre de su verdad.

A lo que Leo nos invita hoy, no es a sobresalir, ni a enarbolar nuestra personalidad, sino a expresar aquello que es esencial a todos (lo que nos recuerda la exaltación de Neptuno en este signo), pero que se transforma en un brillo único y particular cuando pasa a través del ser individual.

La conjunción de Mercurio retrógrado con el Nodo Norte en el mismo signo, nos guía a elevar nuestros pensamientos durante este mes. La energía mental, especialmente, está siendo puesta a prueba. Eso que decimos o callamos, es importante. Por eso es bueno considerar la práctica del silencio como una de la más elevadas acciones que nos invita este tiempo. Sólo en el silencio tenemos acceso a la claridad y la pureza de pensamiento, tan necesarias en este periodo.

En este sentido, la cuadratura a Júpiter en Escorpión y a Urano en Tauro, pueden darnos luz sobre el tipo de energía que hoy se está desplegando. Porque nos muestra conflictos que nos ayudan a madurar, y nos ponen en contacto con la necesidad de reconocer que aún siendo seres con caminos personales, también somos parte de relaciones, de familias, de un universo en red con otras almas, que si bien no comparten la misma perspectiva o incluso, los mismos valores que nosotros, son parte del gran esquema en el que nos toca SER. Si se trabajan estas cuadraturas, se nos abre el regalo de un entendimiento más profundo que emerge de las crisis que nos provocan las verdades incómodas. Recordemos que siempre el peor enemigo para nuestro crecimiento y evolución, somos nosotros mismos, cuando no queremos reconocer que somos responsables tanto de lo que damos, como de lo que recibimos.

Para reflexionar…

Este es el último eclipse con el nodo norte en Leo. La energía de los últimos dos meses ha sido de corte. Pero ¿Cómo se manifiesta esto en lo concreto?

Supongamos que uno de nuestros patrones emocionales durante años fue entrar en vínculos co-dependientes. Al principio parecían llenar todas nuestras expectativas y necesidades, pero luego terminaban sofocándonos. Entonces, ahí vienen los eclipses y en sincronía con ellos, se abren situaciones donde tenemos que lidiar con ese patrón nuevamente. Pero esta vez, lo que la vida pedía de nosotros es hacer las cosas de una manera totalmente diferente. Así, hemos tenido que sacar de nuestro interior una nueva fortaleza, para re-inventarnos y crear nuevas experiencias, más conectadas con lo que de verdad estamos vibrando hoy.

Para ello, se hace necesario detenernos un momento a observar lo más desapegadamente (acuario) posible, para comprender como fuimos creando esas historias, desde nuestra propia incapacidad para incorporar al otro.

Después de varios fracasos, rebotes, repetición de patrones mentales y emocionales, llegamos a un punto de quiebre. Una parte nuestra (algún componente de nuestra autoimagen) dispara un darse cuenta y nos toca profundamente, y aún cuando estas actitudes o patrones ya no nos resultaban cómodas hace tiempo, no habíamos llegado hasta el punto de quiebre como ahora. Leo sucede a Cáncer en el zodiaco, por lo tanto, se trata de tomar consciencia de todo lo que implica nacer en cierta familia, país, cultura, territorio, etc. Cáncer es la raíz de lo que somos en potencia, por eso “estar en casa” es estar en uno mismo. Cuando nos abrimos camino desde ese hogar interno, podemos empezar a reconocer qué parte de esa luz infinita vengo a reflejar.